Pero cuando va desapareciendo la gente a tu alrededor. Cuando ves que sólo eres la fichita de un juego y que en algún momento el dado marcará tu casilla... cuando ves que todas las fichas que van contigo tendrán que hacer un esfuerzo para continuar... y que el resto se suma 20... entonces piensas... pero qué leches he hecho hoy?
¿Por qué antes de acabar el día no le he dicho que me encanta cuando suelta esa risita nerviosa?
¿Por qué no le he dicho que me encanta como huele la cocina cuando se pone a cocinar?
¿Por qué no le he dado las gracias por el te quiero?
¿Por qué no he dicho mil veces te quiero?
¿Por qué no le he dicho que me encanta cuando me mira de reojo?
¿Por qué no explicarles que me encanta mirarles a los ojos y saber lo que piensan?
¿Por qué no agradecerles los viajes?
¿Por qué no agradecerle que me aguantara de pie cuando pensaba que me caía?
¿Por qué no agradecerle que haya sido mi guía durante tantos años?
¿Por qué no decirle que aunque hayan sido sólo un par de conversaciones, me hizo sentir en paz?
Nunca lo hago... y quizás nunca seré capaz de hacerlo... pero creo que es una de las cosas que más me reconcome.
" Y volverá, como un recuerdo dibujado en un papel
todas las cosas que no te pude decir
cómo contarte que sigo aquí...
que siento frío..." D'callaos. Se fue la luz.