lunes, 28 de enero de 2008

Todo lo que se guarda

Siempre predico la idea pero nunca lo hago en mi vida real.


Por vergüenza? por si es demasiado profundo lo que tengo que decir...
Por pereza? porque serían demasiadas cosas...
Por miedo? a que cuando lo diga caerán todos mis escudos...
Por egoísmo? por no compartir lo mío con nadie


Pero cuando va desapareciendo la gente a tu alrededor. Cuando ves que sólo eres la fichita de un juego y que en algún momento el dado marcará tu casilla... cuando ves que todas las fichas que van contigo tendrán que hacer un esfuerzo para continuar... y que el resto se suma 20... entonces piensas... pero qué leches he hecho hoy?



¿Por qué antes de acabar el día no le he dicho que me encanta cuando suelta esa risita nerviosa?

¿Por qué no le he dicho que me encanta como huele la cocina cuando se pone a cocinar?

¿Por qué no le he dado las gracias por el te quiero?

¿Por qué no he dicho mil veces te quiero?

¿Por qué no le he dicho que me encanta cuando me mira de reojo?

¿Por qué no explicarles que me encanta mirarles a los ojos y saber lo que piensan?

¿Por qué no agradecerles los viajes?

¿Por qué no agradecerle que me aguantara de pie cuando pensaba que me caía?

¿Por qué no agradecerle que haya sido mi guía durante tantos años?

¿Por qué no decirle que aunque hayan sido sólo un par de conversaciones, me hizo sentir en paz?



Nunca lo hago... y quizás nunca seré capaz de hacerlo... pero creo que es una de las cosas que más me reconcome.




En ese justo momento en que sabes que ya jamás podrás volver a decirle nada, es cuando gritarías hasta romper los ejes del tiempo, hasta que el tablero saltase por los aires y todo lo absurdo de tu alrededor desapareciera. Es entonces cuando todo aquello que no fuiste capaz de decir va haciendo que te arda hasta el alma.
¿Por qué no seré capaz de hacerlo si lo tengo tan claro?


¿Y tú? ¿No tienes nada que decir?


" Y volverá, como un recuerdo dibujado en un papel
todas las cosas que no te pude decir
cómo contarte que sigo aquí...
que siento frío..." D'callaos. Se fue la luz.

martes, 15 de enero de 2008

L'arbre dels desitjos

Hace un tiempo ya, me acerqué a un mercado medieval que hacen cada año.
En medio de una de las calles, había un árbol. No se veía ninguna rama y costaba mucho distingur las hojas. Cada trocito estaba ocupado por una cartulina que colgaba de un hilo. Al lado del árbol, un cartel... "l'arbre dels desitjos".

¿Qué es lo que mueve a la gente a acercarse, coger una trozo de papel, escribir su deseo más secreto y colgarlo de un árbol?

Tímidos, que acaban subiéndose a la pequeña plataforma, delante de toda la gente que pasa.

Soberbios, que bajan la cabeza y silenciosamente dejan su ilusión colgada.

Niños, que se esfuerzan en que su nudo sea fuerte, para que el viento no se lleve su papel.

Abuelos, que alzan un poco más los brazos de lo que acostumbran a hacerlo, para que sus palabras queden lo más alto posible.

Desilusionados, que en el fondo ven un atisbo de esperanza.

Fantasiosos, que ven en el árbol un mundo de magia.

Parejas, que se sienten felices de tener deseos compartidos.


¿Qué es lo que les mueve?

¿Por qué, nada más ver el árbol, supe que tenía que escribir yo también?

¿Por qué mis deseos salieron tan rápidamente de mí y de tan adentro que me sentí sobrecogida por el momento?

Tengo claro que no es porque piense realmente en que aquello se cumplirá maravillosamente.

Creo que en el fondo, es porque cada persona que dejó allí un trocito de su esencia, se sentía parte de algo. Parte de algo grande, parte de todas las personas que como él, creen en la felicidad, creen en la alegría. De todas las personas que, sin miedos, vergüenzas y debilidades, sacaron en aquel momento, lo más profundo de su interior para desear.

Porque son los deseos y los sueños los que traen semillas de magia a nuestra realidad.



lunes, 14 de enero de 2008

De palabras...

"Hay momentos en los que las palabras
dejan de ser palabras.
Hay momentos en los que las palabras
son sólo palabras.
Ojalá desaparecieran esos momentos...
¡Qué gran desgracia!
Las palabras son sólo palabras
algunos momentos."