Hay momentos a lo largo de los días en los que de pronto, pareces despertar. En los que no sabes por qué, pero es como si abrieras los ojos y dieses un nuevo significado a todo lo que has andado hasta entonces. Estos días he tenido un nuevo despertar. Y me he dado cuenta de algo... tengo algo en mi interior... algo que había estado huyendo de mí hasta ahora. Que no sé por qué ni me planteé en su momento, cuando hubiera sido lo más lógico... ahora me doy cuenta de que lleva anidando durante mucho tiempo en los recobecos de mi interior... tengo miedo.
No es miedo, es pánico. Y ha ido vistiendo mil disfraces para que no lo descubriera... me ha ido engañando... hasta ahora... y ahora me parece todo tan lógico... mis gestos, palabras, actitudes, todo. Todo lleva tanto tiempo marcado por el miedo...
Era él el que, sin darme cuenta, me había fabricado la coraza que llevo... de la coraza sí que era consciente... aunque pensaba que sólo la llevaba por si alguna vez caía... pero no, la llevo permanentemente... y lo único que hace es apartar de mí a aquello que quiere entrar.
Creo que me da miedo tener tanto miedo... me da miedo que se repita todo, cuando en realidad es todo completamente diferente.
Es ahora, una vez descubierto en polizón que llevo a bordo, cuando me toca mover a mí. Hacer la siguiente jugada.
Es ahora cuando pido, ayúdame a hacer jaque mate. Aunque me encargue yo de mis piezas... chívame el siguiente movimiento.
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