A veces pienso que me encantaría estar allí arriba. De hecho, creo que aún queda en mí el recuerdo del impulso que me hacía saltar, y, por milésimas de segundo, vuelvo a estar arriba. Manteniendo el nexo con el suelo, pero elevándome. Los vientos soplan en diferentes direcciones a diferentes niveles. Las nubes más grandes y lentas se han juntado con las que parecen bruma que son mucho más rápidas. Parece que lo hayan hecho queriendo. Que se hayan llamado a consejo, a asamblea. Los colores son increibles. Me encantaría estar allí arriba, sin mirar hacia abajo.
jueves, 9 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario