No puedo más.
Esa es la frase que me llevo repitiendo semanas, como un mantra. Y sin embargo, sin quererlo, han pasado esas semanas.
Tomo aire. Lo suelto despacio, con los ojos cerrados. Pero sigue esa presión en el pecho.
Paso horas en la cama, mirando el techo. Paso horas en la playa, mirando el mar venir e irse. Paso horas delante del ordenador. He ido a tomar algo y a intentar sonreír. Pero es igual. Los brazos siguen pesando, cuesta no tener la cabeza gacha y el pecho sigue doliendo.
El tiempo lo cura todo. Y sé que es cierto. No es la primera vez. Pero precisamente esta vez a diferencia de las demás, me da miedo que el tiempo pase. Si cada vez pasa más tiempo, más lejos estarán de mí algunos recuerdos. Cada hora que pasa, cada día, cada semana, hacen que haya menos opción de volver a revivirlos.
El tiempo lo cura todo... pero qué lástima...
Tomo aire... lo suelto despacio...
1 comentario:
Los recuerdos, si son dolorosos, hay que dejarlos ir... Si son buenos y marchan es porque han llegado otros mejores que los sustituyen y... eso es la vida, un ir y venir de sentimientos que se van reemplazando.¡Disfrutalos mientras estén!
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